Cada día le tengo más asco al término "familia". Algunos han conseguido que por "familia" se entienda a esa pareja heterosexual con sus hijos rubios, preciosos. Que visten camisa y jersey todos los días y que los domingos no faltan a su cita semanal en la Iglesia. Y no olvidemos al abuelo, que vive en casa con ellos y que todos los días les enseña una lección que les servirá en la vida.
Pero, ¿dónde están estas familias?
Resulta que un grupo de conservadores dice que la retirada de los símbolos religiosos atenta contra la libertad religiosa de las familias.
De primeras, no creo que todas las familias sean religiosas, por lo menos fuera de las celebracioes típicas (bodas, bautizos y comuniones).
De segundad, esta gente no tiene ni pajolera idea del significado de "libertad religiosa", ya que son ellos mismos los que imponen una religión a sus propios hijos desde pequeños y sin que puedan decidirlo.
De terceras, y esta va dirigida a todos esos que tanto han criticado lo de la Educación para la Ciudadanía, la educación religión debe quedar fuera de los colegios, por la misma razón que dijeron estos personajes: "El Gobierno no puede imponer esta asignatura ya que suponen una intromisión descarada en materias que afectan a la conciencia y moral de los niños".
¡Fuera cruces!
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