martes, 8 de septiembre de 2009

¡CUIDADORRRR! VUELVE EL SÍNDROME POSTVACACIONAL

Se acabaron las vacaciones y llega el famoso y temido Síndrome Postvacacional. Dicen que este año va a ser mucho más grave debido a la situación económica actual y al miedo que nos han metido en el cuerpo con el asunto Gripe A.

Yo no sé si soy muy listo o muy tonto, pero pienso que este síndrome es una pedazo de gilipollez de la que nos tienen que hablar todos los años, para tocarnos las narices cuando terminamos las vacaciones. Es como todos los diarios e informativos se empeñasen en recordarnos que se nos ha acabado lo bueno y que lo mejor es ponerse enfermito.

Entonces hagamos una reflexión. Resulta que te vas dos semanas de vacaciones, a la playa por ejemplo. A medio día la cervecita con el pinchito. Comer una buena paella. Otra vez playa, juegas con los niños, jugas con la mujer, sales por la noche, vuelves a jugar con la mujer. Descansas y al día siguiente te levantas a la hora que te dé la gana y vuelta a empezar. Pero todo se acaba y vuelves al trabajo. Y a esta nueva situación de adaptación la llaman Síndrome Postvacacional, con los siguientes síntomas: irritabilidad, dolores de cabeza, anomalías del sueño, ansiedad, desmotivación, … ¿Cómo nos gusta a todos estar enfermos? Para mí esto no es ni síndrome ni leches. Evidentemente a todo el mundo le toca un pocola moral el regreso a la rutina (por no decir los huevos). Otra vez a levantarse temprano, el metro y su olor, o el tráfico y su contaminación, los papeles encima de la mesa, comer fuera, …

Pues bien, yo quiero informar de un par de síndromes nuevos que deberían ser urgentemente estudiados y analizados. Uno de ellos es el “Síndrome del recién levantado”, con los siguientes síntomas: sueño, pereza, ansiedad cuando piensas lo que se te viene encima, irritabilidad al coger el metro, desmotivación por el tráfico. Este síndrome se tiene todas las mañanas de los días laborables.

Otra de estas nuevas afecciones es el “Síndrome Prevacacional”, donde te pasa todo lo contrario que al prostvacacional, incluyendo lo feliz que estás en el trabajo en la semana antes de irte.

También les animo a investigar el resto de problemas/síndromes que nos ocurren a diario:

“Síndrome de la bronca del jefe”

“Síndrome de cuando pierde mi equipo de fútbol”

“Síndrome del niño coñazo que siempre está enfermo”

“Síndrome del atasco de la M30, M40, M50”

Casi todos tienen los mismos síntomas. Pero todos tienen el mismo remedio: Ajo (derse) y agua (ntarse).

JÓVENES CONSERVADORES


Recuerdo, que cuando yo estudiaba en el colegio, afortunadamente no hace tanto tiempo, me consideraba un chico de derechas, del Partido Popular. Claro, eran los últimos años de Felipe González, en mi casa mis padres eran del PP, estudiaba en un colegio Franciscano y vestía siempre camisa, jersey y pantalón de pinza. Jamás me arrepentiré de haber ido a aquél colegio.

Cuando le preguntaba a mis padres por las diferencias entre ambos partidos, ellos me decían: los del PP son cristianos, y los del PSOE no. Entonces lo tenía claro yo debía ser del PP, yo era conservador.

Recuerdo una clase, en la que uno de mis profesores nos dijo, a la temprana edad de 15 años, que cuando pudiésemos votar, debíamos hacerlo a la derecha, ya que la izquierda no haría nada por nosotros. Evidentemente ya no lo podía tener más claro. Realmente era cristalino.

Pero un par de años siguientes, me obligaron a estudiar una asignatura llamada Historia de la Filosofía. Empezamos con Aristóteles, Kant, Marx, Nietzsche, ... Las ideas de izquierdas entraron en mi mente y se comparaban con las conservadoras.

Mi mundo se hundía, ¿cómo voy a ir yo a casa y decirles a mis padres, que según lo que leía y estudiaba últimamente, mis ideales eran más de izquierdas? Joder, podría decirse que creía en el Comunismo. ¡Todo era tan hermoso en la izquierda y tan oscuro en la derecha!

Desde entonces no puedo entender y jamás comprenderé cómo una persona joven puede ser conservadora. Pero claro, qué ideas básicas tienen los conservadores:

De primeras el propio nombre ‘ Conservador’ da un pelín de miedo. ¿Qué significa? Que no les gustan los cambios. Una persona joven solo piensa en evolucionar, es por definición un ser cambiante, inconformista. Yo no puedo tenerle miedo a los cambios. Los deseo.

De segundas está la religión, un tema muy complejo. Se puede ser creyente, pero ¿cuánta gente joven sale de misa los domingos? La gente joven de hoy en día cree porque de pequeños nos metieron mucho miedo con el tema ese del Infierno. Yo me considero ateo, y aún así sigo teniendo ese pequeño temor, que no consigo quitarme de encima. Lo cierto, es que los curas lo hicieron muy bien en mi colegio.

Luego está el asunto de las tradiciones. Y las tradiciones, son retrasos en la sociedad y evolución de las personas. Son costumbres, y una persona que se acostumbra a algo es que tiene miedo a las cosas nuevas. Y eso es ser conservador.

Por último está la economía, la obsesión por la propiedad privada, y sobre todo por el dinero. El dinero es lo más importante, y si está en la hucha mucho mejor. Viva el capitalismo, que tanto hace por los ricos y tan poco por los pobres.

Últimamente se habla mucho sobre estos dos ideales. Parecemos empeñados en dividirnos, insultarnos mutuamente por lo que creemos o pensamos. Yo por ser progre me llaman Rojo, y con mucha honra, porque por esa regla de tres, un conservador debe ser un facha. Y no quiero ser un facha. Creo en el hombre como un ser que puede pensar por sí mismo y no que tenga que pensar lo que otros le dicen. Creo que todos tenemos derecho a conocer todas las opciones y no las que la religión nos dicte. Creo que todos podemos vivir juntos en el mismo sitio y llevarnos bien. Creo que todos somos iguales y que tenemos los mismos derechos. Y no creo que por ser de un barrio, una comunidad o un país, soy mejor que otro. Y jamás pensaré que por tener más dinero que otro, tengo más derechos. Por eso soy progresista, comunista, rojo, como queráis.

Yo ahora os animo a todos a que busquéis información sobre el Progresismo. Y si eres un joven conservador que me puedas explicar qué ideales tienes en común con ellos.